¿VAMOS A RECORRER EL MUNDO?
- Alberto Moby Ribeiro da Silva
- 14 ago
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 sept
Viajé por primera vez cuando tenía unos cuatro años. Fue un viaje con mis abuelos, de Río de Janeiro a Belo Horizonte, en el tren Vera Cruz (también llamado Tren de Plata). El viaje era nocturno, y mi abuela, mi abuelo y yo viajamos en la cabina privada de un coche cama.

Este viaje moldeó mi personalidad. Desde pequeño, me interesaron las carreras que me llevaran, física o virtualmente, fuera de mi pequeño mundo de niño en las afueras de Río de Janeiro. Agente de viajes, misionero, traductor e intérprete, guía turístico, profesor de idiomas; creo que todas estas han pasado por mi mente en algún momento.
Pero mi familia era pobre, y a pesar de mi determinación, las posibilidades de que mi pasión por los viajes se convirtiera en viajes reales eran bastante remotas. Aun así, a los 19 años, viajé con un grupo de amigos a Paraná para pasar un fin de semana largo. Este soy yo, este joven amigable, en el MAE (Museo de Arqueología y Etnología) de la Universidad Federal de Paraná (UFPR), en Paranaguá. La foto es de noviembre de 1978.

Este segundo viaje -ahora por primera vez sin la tutela ni supervisión de ningún familiar o tutor- consolidó la certeza de que, aunque no supiera exactamente cuándo ni cómo, viajar siempre estaría en lo más alto de mi lista de deseos, sueños y proyectos.
Aún me llevó mucho tiempo poder permitirme viajes más largos en tiempo y espacio. De hecho, solo se volvieron más frecuentes a partir de 2006, cuando pude ahorrar dinero para ello, planificar itinerarios y ponerme en marcha.
Para concluir esta introducción, quiero aclarar que no pretendo que este blog sea una guía de viajes. Hay muchas en línea, algunas muy buenas, pero son una colección de historias de experiencias, especialmente para personas que ya no son tan jóvenes o que se tomaron un tiempo para explorar este vasto mundo. ¿Vamos?



Comentarios