CASTELO BRANCO, MEDIO CASTILLO Y MUCHOS BORDADOS

Desde la perspectiva de alguien como yo, que creció en una metrópoli, Castelo Branco es una ciudad muy pequeña, con unos 34.500 habitantes dentro de su perímetro urbano, de un total de aproximadamente 56.000. Ubicada al este del centro de Portugal en tren, Castelo Branco está a unas dos horas y media al noreste de Lisboa y aproximadamente al mismo tiempo al sureste de Coímbra. Hoy en día, no se necesita más de un día para visitar la ciudad, aunque me quedé allí dos días, ya que elegí visitarla un sábado y un domingo de la primera semana del año, cuando el frío y la resaca de Nochevieja hacían que Castelo Branco pareciera aún más soñolienta y perezosa. Sin embargo, esta pequeña y tranquila ciudad tiene varias atracciones que vale la pena visitar. Y siempre a precios muy razonables.

¿TIENE CASTELO BRANCO UN CASTILLO BLANCO?

Comenzaré esta publicación con un spoiler. No, no hay ningún castillo blanco en Castelo Branco. Además, el nombre de la ciudad podría no tener nada que ver con un castillo. De hecho, el origen del nombre es bastante confuso y controvertido. Según algunos investigadores, proviene de una antigua aldea llamada Moncarche, situada en la cima de una colina conocida como Cabeço da Cardosa. Este asentamiento fue donado a los Caballeros Templarios en 1214, quienes cambiaron su nombre a Castelo Branco de Moncarchinol y luego a Castelo Branco, sin que se sepa por qué. La hipótesis más aceptada se basa en la convicción, en aquel entonces, de que Moncarche se construyó sobre el antiguo asentamiento llamado Catraleucos, mencionado por el científico griego Ptolomeo como una de las dos ciudades celtas de Lusitania. Se creía que Catraleucos significaba Castillo Blanco y que este asentamiento se construyó en honor a la diosa griega Leucotea – literalmente, «diosa blanca» –, protectora de los marineros.

Sea cual sea el verdadero significado del nombre de la ciudad, lo cierto es que el único castillo construido en la ciudad, del que apenas quedan ruinas, no tiene evidencia de que fuera blanco durante su esplendoroso pasado, y es muy probable que su construcción comenzara cuando Castelo Branco ya tenía ese nombre. Obviamente, tanto desde una perspectiva histórica como turística, si se visita Castelo Branco, es imprescindible visitar lo que queda del castillo, ahora más conocido como el Castillo Templario, y con esto comienzo este recorrido.

CASTILLO TEMPLARIO

El Castillo Templario era lo que los historiadores suelen denominar un castillo ibérico estratégico: un castillo militar con funciones estratégicas, muy diferente del típico castillo medieval europeo, de carácter señorial. Formaba parte de la llamada Linha da Raia (Línea Fronteriza) o Línea del Tajo, que también incluía los castillos de Almourol, Monsanto, Pombal, Tomar (ya mencionado aquí) y Zêzere. Tan pronto como los Templarios tomaron posesión de Moncarche en 1209, comenzaron a planificar su construcción, cuya primera mención data de 1230.

Tenía la forma de un cuadrilátero relativamente regular y estaba defendido por siete torres que dominaban el horizonte. Todas las torres parecían seguir cierta simetría, excepto la torre del homenaje (la principal). Contaba con tres patios de acceso diferenciados: uno con acceso libre y otro con entrada privada. El palacio y la torre del homenaje.

IGLESIA DE SANTA MARÍA DO CASTELO

El complejo turístico que alberga las ruinas del Castillo Templario también alberga la Iglesia de Santa María. La iglesia original se construyó en el siglo XIII, dentro del perímetro de la muralla defensiva, para ser la primera iglesia parroquial de Castelo Branco. Hasta el siglo XIV, su cementerio fue el lugar de reunión de los llamados "homens-bons" [buenos homnres] y las autoridades monástico-militares.

Destruida en 1640 durante la guerra de Portugal contra el Reino de Castilla para la restauración de la independencia portuguesa, incendiada en 1704 y víctima de los ataques franceses liderados por el general Junot durante la invasión napoleónica, finalmente quedó en ruinas.

Fue completamente restaurada en el siglo XIX, pero el muro desnudo de la fachada norte aún abre una pequeña ventana hacia la iglesia románica original. Y también en su interior, de una sola nave, todavía es posible encontrar algunas lápidas antiguas, entre las que se encuentra la tumba de un poeta albicastrense del siglo XVI, João Rois.

MIRADOR DE SAN GENS

Muy cerca del Castillo Templario se encuentra otra atracción imprescindible: el Mirador de San Gens. Inaugurado en 1941, se construyó originalmente para camuflar los depósitos de agua de la ciudad. Abandonado durante muchos años, este espacio fue completamente restaurado gracias a un proyecto del Programa de Renovación Urbana y Mejora Ambiental de las Ciudades (Programa Polis). Ahora está disponible para residentes y turistas como un espacio agradable, que ofrece vistas panorámicas del centro histórico de Castelo Branco y sus zonas de ocio, además de servir de soporte para la ladera del castillo. Desde el mirador, se puede disfrutar de una amplia vista del horizonte, que se extiende desde la presa de Santa Águeda o Marateca hasta la frontera española, incluyendo las laderas meridionales de la Serra da Gardunha y, más lejos, la Serra da Estrela.

A pesar de estar muy cerca del Castillo Templario, la subida al mirador es larga y puede resultar agotadora. Pero el esfuerzo sin duda se verá recompensado por la belleza del paisaje. Además, una vez llegues, encontrarás bancos de jardín y varios rincones con sombra para un merecido descanso.

JARDÍN DEL PALACIO EPISCOPAL

Llegué a esta ciudad sin muchas expectativas, atraído principalmente por el famoso jardín del antiguo Palacio Episcopal, que ahora alberga el Museo Francisco Tavares Proença Júnior. Creado en el siglo XVIII por el obispo João de Mendonça, el Jardín del Palacio Episcopal (o Jardín de San Juan Bautista) [Jardim do Paço, en portugués] es conocido tanto dentro como fuera de Portugal por su profusión de estatuas de piedra, que, en mi opinión, justificarían la visita a Castelo Branco, de la que, por cierto, no me arrepiento.

De estilo barroco, originalmente formaba parte de una vasta y compleja unidad agraria, paisajística y estética conocida como las "áreas públicas del Palacio Episcopal de Castelo Branco". Fue construido por orden del obispo de la diócesis de Guarda, Don João de Mendonça, alrededor de 1720, a su regreso a Portugal tras vivir tres años en Roma. El terreno albergaba dos olivares, un viñedo, una conejera, un bosque, huertos paisajísticos y el propio jardín, todo el complejo que rodeaba y protegía la residencia del obispo. El Palacio sirvió como residencia permanente de varios obispos de la Diócesis de Guarda y, de 1771 a 1831, de la recién creada Diócesis de Castelo Branco.

A partir de 1834, se instalaron diversos servicios públicos en el Palacio, tras lo cual los espacios públicos comenzaron a sufrir un abandono sin precedentes. En 1911, como consecuencia de la Ley de Separación de la Iglesia y el Estado, el Jardín del Palacio pasó a estar bajo la supervisión del Ayuntamiento, en régimen de arrendamiento. Al año siguiente, para conmemorar el segundo aniversario del establecimiento de la República en Portugal, abrió sus puertas al público. Finalmente, en 1919, fue adquirido y se convirtió en jardín municipal.

Se desconoce el paradero del diseño original (probablemente perdido debido al terremoto de 1755, del que he hablado aquí y aquí), ni su autor. Sin embargo, se sospecha que pudo haber sido un arquitecto italiano, ya sea por la cantidad de elementos florales que delatan una clara influencia del estilo de jardinería italiano, o por encargos similares realizados por eclesiásticos portugueses en la misma época. Varias estatuas registran las fechas de finalización, como la de San Juan Bautista (abajo, a quien está dedicado el jardín) y María Magdalena, ambas de 1725, y la de Moisés con las Tablas de la Ley, de 1726.

Sería tedioso y pesado nombrar o describir las encantadoras peculiaridades de cada una de las docenas de estatuas que pueblan el Jardim do Paço, o los detalles de su composición. Te diré, solo para despertar tu curiosidad, que el jardín se divide en cuatro espacios distintos, pero conectados por varios puntos de articulación: la Entrada, la Meseta del Boj, el Jardín Inundado y el Nivel Superior.

La Entrada actual se encuentra en la calle Bartolomeu da Costa desde 1936, año en que fue diseñada por el ingeniero Manuel Tavares dos Santos. Aquí encontrarás paneles de azulejos que representan vistas antiguas de la ciudad y retratos de los dos obispos responsables de la construcción del jardín. El portal data del siglo XVIII y proviene de los huertos paisajísticos.

En la Meseta del Boj, lo más destacado es la gran cantidad de estatuas, organizadas en recorridos iconográficos, como si el visitante contemplara un verdadero compendio material y espiritual del mundo. Se puede observar, por ejemplo, el ciclo completo del zodíaco, las cuatro partes de la tierra (con los títulos desordenados, excepto para Europa) y las cuatro estaciones; alrededor del lago central, las Tres Virtudes Teológicas – Fe, Esperanza y Caridad –, las Cuatro Virtudes Cardinales – Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza – y una Virtud Moral – La Limpieza –. En los cuatro vértices de este espacio, cargado de simbolismo, se encuentran los Últimos Adelantos del Hombre: la Muerte, el Juicio Final, el Infierno y el Paraíso.

A continuación, el Jardín Inundado, en el lado sur del jardín, alberga un conjunto de parterres trapezoidales que, engañosamente, parecen emerger del centro del lago, creando un impactante efecto visual. Entre estos dos espacios ajardinados se encuentra el Lago de las Coronas, sobre un balcón, en un nivel superior al jardín, donde desfila la cuarta dinastía de monarcas portugueses, hasta el rey José I. Bordeando el lago, al este, se encuentra una escalera monumental en la que se alinean los monarcas de la primera y segunda dinastías. En el lado opuesto, otra escalera monumental abrió los apóstoles, identificables por el símbolo de su martirio. Al fondo, en el mismo nivel, están los cuatro evangelistas y los animales que los identifican, según el Apocalipsis.

Esta escalera nos conduce al Nivel Superior del jardín. Este plano es una constante alusión al agua y a su poder purificador. Aquí, Moisés se encuentra sobre una cascada que desemboca en un gran estanque. El estanque almacenaba agua para regar el jardín y también servía de patio de recreo para los obispos, quienes contaban con una canoa y una barca a su disposición.

El Jardim do Paço abre todo el año a las 9:00 h. De abril a septiembre, cierra a las 19:00 h, y de octubre a marzo, a las 17:00 h. La entrada cuesta 3 € para menores de 64 años y 1,50 € para mayores de 65. Los grupos de más de 12 personas pagan 1,50 €, y los menores de 10 años, investigadores, periodistas y profesionales del turismo entran gratis.

Se accede a través del Centro de Interpretación del Jardim do Paço, ubicado junto al jardín en la calle Bartolomeu da Costa, 5. Inaugurado en 2013, el Centro no solo permite acceder al jardín, sino también a parte de la historia de este espacio, además de contemplar piezas que formaron parte del jardín y otras descubiertas durante los diversos proyectos de investigación y restauración realizados en el yacimiento. El Centro también alberga una tienda de recuerdos y artesanías representativas del municipio.

MUSEO FRANCISCO TAVARES PROENÇA JÚNIOR

Junto al Jardín del Palacio Episcopal se encuentra el Museo Francisco Tavares Proença Júnior, que exhibe importantes colecciones de arte, así como las famosas colchas bordadas de Castelo Branco y una muestra representativa de los restos arqueológicos de la época romana de la ciudad. Fundado en 1910, el núcleo original del museo se basa en la colección arqueológica de Francisco Tavares Proença Júnior, una figura con diversos intereses en las ciencias y las artes que se destacó especialmente como arqueólogo. Inicialmente ubicado en el Convento de los Capuchinos de Castelo Branco, el museo se trasladó al antiguo Palacio Episcopal en 1971. En la década de 1990, fue restaurado y adaptado museográficamente.

Entre las colecciones originales reunidas por el fundador destacan importantes piezas de epigrafía romana, megalitos de la Edad de Bronce (conocidos como los Menhires de San Martín), orfebrería de la Edad de Hierro y materiales del Paleolítico y Neolítico. Posteriormente, se enriqueció con piezas de arte antiguo procedentes del interior del Palacio Episcopal y con sucesivas incorporaciones de restos arqueológicos, ornamentos y colchas bordadas, junto con objetos procedentes de otras adquisiciones y donaciones.

En cuanto a la colección de artes visuales, el museo alberga piezas heredadas del antiguo Palacio Episcopal de Castelo Branco, incluyendo pinturas, tapices y esculturas de los siglos XVI al XIX. Durante la década de 1980, el museo también incorporó obras de arte contemporáneo.

Toro. Cordillera de Oleiros, siglo II

Santa Faz (Imago Christi), autor desconocido, óleo sobre madera, siglo XVI

Retrato del Rey D. José I, óleo sobre lienzo. Autor desconocido, siglo XVIII

Tres Mujeres, acuarela de Júlio Resende, 1979

En cuanto a las artes decorativas, destacan los tejidos bordados, con especial atención a las colchas de Castelo Branco, consideradas la seña de identidad de la ciudad. Como mencioné en el título de esta entrada, el Arte Textil es una de las áreas principales del museo, dominada por las famosas colchas de Castelo Branco.

Integrado en la Red de Museos y Equipamientos Culturales del Municipio de Castelo Branco desde el 1 de septiembre de 2015, en virtud del Contrato Interadministrativo de Delegación de Competencias del Gobierno, el Museo Francisco Tavares Proença Júnior cuenta con una amplia zona de exposiciones temporales, ubicada en una ubicación privilegiada junto al Aula Magna. Simultáneamente, el museo ha realizado una importante inversión en la ampliación de sus colecciones de arqueología y arte sacro. En la planta baja, para facilitar el acceso tanto al público en general como a investigadores y especialistas, pero especialmente a las personas con movilidad reducida, se encuentra la Biblioteca D. Fernando de Almeida, creada en 1985 a partir de la donación del fondo bibliográfico del antiguo director del museo. Junto a la biblioteca, se encuentra también la colección arqueológica, que alberga tanto exposiciones temporales como programas para el estudio, la conservación y la difusión de las colecciones conservadas en las reservas.

Otra característica importante del museo es que su Sala Principal, a la que se accede por la escalera principal del edificio, acoge regularmente conciertos, conferencias, seminarios y otras iniciativas relacionadas con la misión del museo. Tuve la suerte de estar en la ciudad para la actuación del trío formado por el guitarrista portugués César Prata, la cantante Catarina Moura y el multiinstrumentista gallego Ariel Ninas, quienes interpretaron villancicos tradicionales típicos de Portugal y Galicia. Abajo, la canción «Eu Irei ao Presépio» (Iré al pesebre).

El Museo Francisco Tavares Proença Júnior está situado en el Largo Dr. José Lopes Dias y abre de martes a domingo, de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 18:00. La entrada cuesta 3 €, pero los mayores de 65 años y los estudiantes pagan 1,50 €. Para grupos de 12 personas o más, la entrada cuesta 1,50 € por persona. La entrada para investigadores es gratuita. La entrada también es gratuita los domingos y festivos.

PARQUE MUNICIPAL

Frente al Jardim do Paço, al otro lado de la calle Bartolomeu da Costa, se encuentra el Parque da Cidade. Antiguamente la Quinta do Paço, hogar del huerto del Palacio Episcopal, fue un lugar elogiado en el siglo XVIII por la belleza y la organización de sus parterres.

A partir de 1912, junto con el contiguo Bosque do Paço – Mata dos Loureiros, la Quinta do Paço se abrió al público. En 1934, tras una profunda transformación, el espacio se convirtió en el Parque da Cidade.

Más recientemente, en el contexto del Programa Polis (que mencioné anteriormente), el Jardim do Paço fue remodelado con el objetivo de reorganizar el espacio según las directrices y expectativas respecto a las nuevas funciones que deben cumplir las zonas verdes y de ocio en Portugal, guiadas por las transformaciones de la vida urbana, pero, sobre todo, por las demandas de los visitantes. El proyecto incluyó la preservación de elementos considerados importantes para los residentes, como la Porta de Roa y la puerta de entrada y las barandillas del parque, junto con una importante renovación paisajística, en la que uno de los elementos esenciales fue la presencia de agua, tanto real como aparente. No visité el parque original, pero me gustó mucho el renovado y restaurado.

CONVENTO DA GRAÇA y MUSEO DE ARTE SACRO DE LA MISERICORDIA

El Convento de Nuestra Señora de Graça, también conocido por los lugareños simplemente como Convento da Graça, está ubicado cerca de la salida norte de la ciudad. Actualmente, es la sede de la Santa Casa da Misericórdia de Castelo Branco.

El convento actual tiene su origen en el "conventinho", un pequeño convento construido en 1519 por voluntad de Rodrigo Rebelo, un soldado de Castelo Branco que llegó a ser gobernador de Goa, India. El "conventinho" fue inicialmente ocupado por frailes franciscanos y, en 1526, tras cinco años de abandono, fue entregado a los frailes agustinos, quienes lo dedicaron a Nuestra Señora de la Gracia. Cuando se construyó el actual Convento da Graça, el "conventinho" se convirtió en la iglesia del nuevo convento.

En 1834, tras la abolición de las órdenes religiosas en Portugal, la reina María II cedió el convento a la Santa Casa da Misericórdia de Castelo Branco, donde la institución trasladó el hospital de la ciudad y actualmente sirve como sede de la institución.

El edificio actual se construyó junto al conventinho y es un ejemplo de la llamada arquitectura sencilla, tan característica del Portugal de finales del siglo XVI, destacando la estructura clara y robusta del claustro.

Parte del Convento da Graça alberga el Museo de Arte Sacro Domingos Santos Pío, también conocido como Museo de Arte Sacro de la Misericordia. Inaugurado en 1984, este museo goza de una ubicación privilegiada, ocupando actualmente tres salas del convento y siendo desde hace tiempo un punto de referencia para los visitantes interesados en el arte religioso. Aunque no es muy grande, es una institución que impresiona por la belleza de su espacio y la singularidad y majestuosidad de algunas de sus piezas.

La entrada al museo es gratuita e incluye la visita a la Igreja da Graça y al claustro. Si viaja en grupo, es necesario reservar con antelación.

CRUZ DE SAN JUAN

En el camino entre el complejo que comprende el Jardín del Palacio Episcopal, el Parque de la Ciudad, el Museo Francisco Tavares Proença Júnior, el Convento da Graça/Museo de Arte Sacro y la Catedral (Iglesia de San Miguel), se encuentra la Cruz de San Juan. Catalogada como monumento nacional por el gobierno portugués, esta obra, ubicada en Largo de São João, es un ejemplo de arquitectura religiosa manuelina, rica en detalles. Tallada en granito, se cree que fue construida en el siglo XVI y era una cruz de camino, es decir, que marcaba la existencia de una capilla dedicada a San Juan en un lugar cercano.

La Cruz tiene una base octogonal decorada con elementos vegetales, una columna helicoidal sobre la que se asienta un anillo decorado con una cuerda y plantas estilizadas que sirve de base para un Cristo crucificado.

CASA DE LA MEMORIA DE LA PRESENCIA JUDÍA

Entre Largo de São João y la Iglesia de São Miguel, girando a la izquierda por la Rua das Olarias, a la derecha se encuentra la Casa de la Memoria de la Presencia Judía, un homenaje a la historia del pueblo judío, a la antigua comunidad judía que habitó Castelo Branco y contribuyó significativamente a su desarrollo comercial y económico, y un homenaje a la memoria de todos aquellos perseguidos o asesinados a manos de la Inquisición.

El museo se divide en cuatro espacios diferenciados: Tienda/Recepción, en la planta baja, donde encontrará diversas publicaciones, productos kosher e información sobre la ciudad, sus museos y monumentos. En esta misma planta, encontrará una exposición dedicada a la fundación de la judería de Castelo Branco, que incluye rituales y festividades judías, la Inquisición y los instrumentos de tortura.

En la intersección entre la planta baja y la primera planta se encuentra el Memorial de las Víctimas Albicastrenses, que lleva los nombres de 329 personas perseguidas o asesinadas por motivos relacionados con sus creencias religiosas. Es un espacio dedicado íntegramente a figuras judías prominentes Castelo Branco en su época, tanto en Portugal como en el extranjero, que presenta una cronología de la presencia judía en Portugal hasta la actualidad.

Finalmente, la segunda planta cuenta con una zona de estudio e investigación donde se puede consultar todo tipo de material relacionado con temas judíos, ya sea presencialmente (Biblioteca y Documentos) o a través de plataformas digitales.

La Casa Memorial de la Presencia Judía se encuentra en Rua das Olarias, 43, y abre de martes a domingo, de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 18:00, excepto el 1 de enero, el tercer martes después del Domingo de Pascua (festivo municipal), el 25 de abril, el 1 de mayo, el Domingo de Pascua y el 25 de diciembre. La entrada cuesta 1,50 €. Los mayores de 65 años pagan 0,75 €, lo que igualmente se aplica a grupos de 12 o más personas. Los estudiantes entran gratis. Al igual que en el Museo Francisco Tavares Proença Júnior, la entrada es gratuita los domingos y festivos. Los grupos organizados por Instituciones Privadas de Solidaridad Social y otras organizaciones sin ánimo de lucro tienen un 50 % de descuento. El primer domingo de cada mes, la entrada es gratuita desde la apertura hasta las 13:00 h.

IGLESIA DE SAN MIGUEL – SEDE CONCATEDRAL

Existen evidencias de que la Iglesia de San Miguel se ubica en un lugar donde, desde 1213, existía un templo cuya propiedad se atribuye a la Orden del Temple. Debido a la falta de recursos para la construcción de una obra monumental, no se reconstruyó hasta finales del siglo XVII, en estilo renacentista, bajo el mando del entonces obispo de la región de Guarda, D. Martim Afonso de Melo, quien asumió la mayor parte de los costos de reconstrucción. Sin embargo, no fue elevada a la categoría de sede concatedral hasta 1956. Por ello, son visibles varios elementos de estas diferentes fases constructivas: un arco del presbiterio del siglo XVI, retablos y paneles del siglo XVII, y un presbiterio y una sacristía de los siglos XVIII y XIX.

La fachada de la iglesia está prácticamente desprovista de ornamentación. La iglesia tiene una sola nave, separada del presbiterio por un arco renacentista, en cuya cima se encuentra el escudo de armas del obispo Martim Afonso de Melo, como se aprecia en la placa interior de la Catedral, en uno de los muros laterales. La construcción de los dos cuerpos laterales de estilo barroco – la Sacristía Mayor y la Capilla del Santísimo Sacramento – fue supervisada por el segundo obispo de la diócesis de Castelo Branco, fray Vicente Ferrer da Rocha (1782-1814).

La Iglesia de São Miguel abre de lunes a viernes, de 9:00 a 12:30 y de 15:00 a 18:30.

PLAZA CAMÕES

Otro complejo importante se encuentra en la Plaza Camões (o Plaza Vieja), a unos 4 minutos a pie de la Catedral. Era el centro de la ciudad antigua, donde se celebraba el mercado y donde se encuentran algunos de los edificios más importantes del casco histórico. Alberga la Casa do Arco do Bispo (siglo XIII), el Centro de Interpretación del Bordado de Castelo Branco (siglo XVI, antigua Domus Municipalis o Palacio del Ayuntamiento) y el Archivo Distrital (siglo XVII, antiguo Solar dos Cunha o Solar dos Mota). Siguiendo la Rua de Santa Maria y girando la primera esquina a la derecha, hacia la Rua dos Cavaleiros, se encuentra el Museo Cargaleiro, y a unos 45 metros al este, al final de la Rua do Relógio, se alza la Torre del Reloj. Echemos un vistazo rápido.

CASA DEL ARCO DEL OBISPO

La Casa del Arco del Obispo, construida en el siglo XIII, fue la residencia temporal de los obispos de Guarda en Castelo Branco. Es posible que esta casa, bajo la cual se encuentra un túnel, fuera originalmente la Puerta de Pelame, una de las puertas defensivas de la ciudad. La Puerta Monumental, de acceso a la residencia del Obispo, permanece visible en la fachada trasera.

CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL BORDADO DE CASTELO BRANCO

La Domus Municipalis, antigua Casa Consistorial, antigua Cárcel y, más recientemente, Biblioteca Municipal, se transformó hace seis años en el Centro de Interpretación del Bordado de Castelo Branco, tras la restauración de este emblemático edificio. Su objetivo es contribuir a la revalorización, recuperación, innovación y relanzamiento del bordado de Castelo Branco, símbolo de la ciudad y expresión artística característica de la región. Reconocido por su belleza y ejemplo nacional de originalidad, el bordado de Castelo Branco es una forma de arte distintiva con un estilo único, además de una actividad industrial esencial para la zona que rodea el Distrito de Castelo Branco (una división político-administrativa similar a los estados de las repúblicas federa).

¿Pero por qué Castelo Branco? Esta región se cultivaba tradicionalmente para el lino y también era idónea para el cultivo de moreras, fuente de alimento para los gusanos de seda, lo que permitió la producción de seda a gran escala.

El Centro de Interpretación, además de museo y tienda, alberga el Taller de Bordados de Castelo Branco, que reúne a algunos de sus mejores bordadores. Además, el Centro ofrece un espacio que reúne, en una única línea temporal, desde artefactos antiguos hasta los medios tecnológicos y digitales más recientes. La exposición muestra los orígenes del bordado en Castelo Branco, desde la sección de lino hasta la tela, incluyendo la creación de gusanos de seda y la extracción de materias primas. También muestra la evolución del bordado en sí, su técnica (puntos), su evolución histórica y su simbolismo.

Las investigaciones demuestran que el siglo XVIII fue el período más prolífico para el bordado de Castelo Branco. Tras un período de decadencia a lo largo del siglo XIX, la región resurgió a principios del siglo XX, cuando Maria da Piedade Mendes (1888?-1984) descubrió un conjunto de colchas de lino bordadas con seda, guardadas en baúles heredados por su familia. Estos bordados sirvieron de modelo para la obra que desarrolló a lo largo de su vida, con notable perfección. En 1929, Maria Júlia Antunes, profesora del Liceu Infanta D. Maria de Coímbra, presentó su tesis "Rendas e Bordados das Beiras" [Encajes y Bordados de (la región de) Beiras], que se refiere al "bordado albicastrense, genéricamente llamado suelto", y que se presentó públicamente por primera vez con el nombre que lo asociaba con Castelo Branco. A partir de esta obra, el bordado albicastrense comenzó a identificarse como una escuela, recreando y reformulando motivos de modalidades supervivientes, defendiendo y dando continuidad a una expresión artística única dentro del panorama de la producción textil portuguesa.

El Centro de Interpretación del Bordado de Castelo Branco abre de martes a domingo, de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 18:00, y la entrada es gratuita.

ARCHIVOS DEL DISTRITO DE CASTELO BRANCO

El actual Archivo del Distrito de Castelo Branco se construyó originalmente como vivienda en el siglo XVII, por iniciativa de la familia Guilherme da Cunha. Tras un largo período como patrimonio de la familia Cunha – quienes realizaron reformas radicales en la propiedad e incorporaron edificios colindantes –, el Solar Cunha fue adquirido a António Russinho en 1988 por el Estado portugués, tras haber pertenecido al patrimonio de otra familia de Castelo Branco, los Mota. Entre 1989 y 1993, el edificio fue restaurado y ampliado para convertirse en el Archivo del Distrito, proceso que tuvo lugar el 20 de marzo de 1997.

El Archivo del Distrito de Castelo Branco abre de lunes a viernes, de 9:00 a 12:30 y de 13:30 a 17:00, y la entrada es gratuita.

TORRE DEL RELOJ

A la izquierda del Centro de Interpretación del Bordado de Castelo Branco se encuentra la Calle del Reloj. Continúe por ella durante aproximadamente un minuto y, 60 metros más adelante, a la izquierda, se encuentra la Torre del Reloj. Esta torre está vinculada a la expansión de la ciudad y a la ampliación de su antigua muralla. Su ubicación coincide con una antigua torre en la muralla exterior, adaptada para su función actual durante el siglo XIX. Para los habitantes de Castelo Branco y numerosos visitantes, la Torre del Reloj se ha convertido en la seña de identidad de la ciudad, razón por la cual el Ayuntamiento invirtió en obras de consolidación y conservación.

La omnipresencia de la torre en la vida cotidiana de los habitantes de Castelo Branco, tanto visualmente como a través de sus características campanadas, la convierte en una compañera indispensable no solo para los habitantes del centro histórico de Castelo Branco, sino también para otros residentes y visitantes. Es fácil transportarnos a tiempos pasados, y sin duda, sentirnos más nostálgicos con cada campanada.

MUSEO CARGALEIRO

Con la Plaza Camões como punto de referencia, es imprescindible visitar el Museo Cargaleiro, ubicado en un edificio del siglo XVIII conocido como Solar dos Cavaleiros, en la Rua dos Cavaleiros. El museo, a unos dos minutos a pie de la Plaza Camões, está dedicado a la obra del intrépido pintor Manuel Cargaleiro. Compuesto por dos edificios contiguos —el histórico Solar dos Cavaleiros, un palacete del siglo XVIII, y un edificio contemporáneo del siglo XXI—, su colección alberga exposiciones temporales, programas educativos y una biblioteca. De esta manera, el museo promueve el arte y la cultura contemporáneos, presentando obras de los artistas más reconocidos de la actualidad. También fortalece los vínculos con la comunidad local, actividades inherentes a la misión del museo.

La entrada al Museo Cargaleiro no es gratuita, pero los precios son bastante razonables, como en el resto de las atracciones de Castelo Branco. Los adultos pagan 3,00 € y los mayores de 65 años 1,50 €. Para grupos de 12 o más personas, la entrada cuesta 2,00 €.

El museo abre de martes a domingo, de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 18:00. La entrada es gratuita el primer domingo de mes, de 10:00 a 13:00. Si opta por una visita guiada, el precio de la entrada es de 1,00 € y es necesario reservar. También es importante tener en cuenta que el museo cierra el día de Año Nuevo, el Domingo de Resurrección, el tercer martes después del Domingo de Resurrección (por ser festivo municipal), el Día de la Libertad (25 de abril), el Primero de Mayo y el día de Navidad.

Si te interesan las artes visuales o no conoces a Manuel Cargaleiro, incluso si visitar Castelo Branco no está en tus planes inmediatos, te sugiero que consultes la página web del museo para saber más sobre este artista y, como dicen los portugueses, experimentar un poco de su obra. La dirección está aquí.

Otra zona interesante para quienes visitan Castelo Branco es el centro de la ciudad, conocido como el Centro Cívico. Esta zona incluye la Plaza Municipal, el Solar dos Viscondes de Oleiros (Ayuntamiento) y el Palacio dos Viscondes de Portalegre (antiguo Gobierno Civil), el edificio del Tribunal Judicial de Castelo Branco, el Jardín de la Devesa y la zona de ocio y comercial conocida como el Muelle de Castelo Branco (o Campo de Mártires de la Patria).

MANSIÓN DE LOS VIZCONDES DE OLEIROS

En la actual Praça do Município se alza una antigua casa solariega que perteneció a la familia Fonseca Albuquerque de Mesquita e Castro, de la que formaban parte los Vizcondes de Oleiros, desde el siglo XVII. Por ello, el edificio aún se conoce como la Mansión de los Vizcondes de Oleiros. Adquirida por el Ayuntamiento en 1935, fue aquí donde se celebró la primera sesión del Poder Ejecutivo, que anteriormente se celebraba en el Palacio Episcopal.

Detalle importante: en el sistema político-administrativo portugués, el Ayuntamiento corresponde al poder ejecutivo municipal brasileño. El jefe del poder ejecutivo municipal portugués, equivalente al cargo de alcalde, es el alcalde.

MANSIÓN DE LOS VIZCONDES DE PORTALEGRE

También en la Praça do Município, a una altura relativa sobre el Ayuntamiento, se alza desde 1743 la Mansión de los Vizcondes de Portalegre. Perteneció a la familia Coutinho Refoios, a la que pertenecían los Vizcondes de Portalegre, y permaneció así hasta 1988, cuando pasó a ser propiedad del Gobierno Civil, institución del gobierno central de la República Portuguesa disuelta en 2011. Posteriormente, albergó diversos organismos públicos y actualmente funciona como Secretaría de Estado de Conservación de la Naturaleza, Bosques y Ordenación del Territorio del gobierno portugués.

El edificio, de marcados rasgos renacentistas, presenta una fachada simétrica, que destaca por sus ventanales. En la parte trasera, se encuentra un jardín con parterres bordeados de boj (la variedad europea, muy diferente de la americana) y grandes moreras.

Justo enfrente de la Mansión de los Vizcondes de Portalegre se encuentra el diminuto Jardín de la Devesa. Aunque el jardín en sí no es una atracción especialmente impresionante, merece la pena detenerse brevemente para descansar en uno de sus bancos de madera y admirar la estatua del Dr. João Rodrigues (1511-1568), médico también conocido como João Rodrigues de Castelo Branco o Amato Lusitano. João Rodrigues fue considerado uno de los más grandes médicos y estudiosos de la anatomía humana de su época, no solo en Portugal, sino en toda Europa.

En el Centro Cívico, en la Alameda da Liberdade, se encuentra también el Tribunal de Justicia de Castelo Branco, una construcción de la segunda mitad del siglo XX que busca reflejar los estándares arquitectónicos de otros edificios del Centro Cívico, como la Mansión de los Vizcondes de Oleiros y la Mansión de los Vizcondes de Portalegre. Si bien cumplen funciones políticas y administrativas, estos tres edificios merecen una mirada más detenida, ya que, en mi opinión, forman un conjunto equilibrado y armonioso.

CENTRO DE CULTURA CONTEMPORÁNEA

Terminaré mi recorrido con el Centro de Cultura Contemporánea Castelo Branco (CCCCB o simplemente CCC). Mantenido por el Ayuntamiento, el CCC tiene como objetivo promover y difundir la cultura contemporánea, estimular la creación artística y fomentar el desarrollo de nuevos públicos.

El CCC es un edificio arquitectónico audaz, fruto de la colaboración entre el arquitecto catalán Josep Lluis Mateo y el arquitecto portugués Carlos Reis de Figueiredo. Ubicado en el Campo Mártires da Pátria, en el centro de la ciudad, es un espacio de encuentro y ocio cercano a otros equipamientos culturales, como el Cine-Teatro Avenida y la Biblioteca Municipal. Es un edificio al aire libre de cuatro plantas, revestido de metal y madera, que cuenta con una pista de patinaje sobre hielo, zonas de exposiciones, un auditorio y una cafetería. El auditorio tiene capacidad para 275 personas y cuenta con un sistema acústico de alta calidad, que elimina la necesidad de amplificación, diseñado por el especialista catalán Higini Arau.

La entrada al CCC cuesta 3,00 € para personas de hasta 64 años y 1,50 € para mayores de 65. Los grupos de 12 personas o más también pagan 1,50 €, y la entrada es gratuita para estudiantes. La entrada también es gratuita los domingos y festivos. El Centro cierra los lunes y el tercer martes después del Domingo de Pascua (festivo municipal), así como el 1 de enero, el 25 de abril, el 1 de mayo, el Domingo de Pascua y el 25 de diciembre.

Se ofrecen visitas guiadas los miércoles a las 11:00 h; los sábados a las 11:00 h y a las 15:00 h; y los domingos a las 23:00 h y a las 15:00 h. Se pueden programar visitas con antelación para otros días sin coste adicional.

EL TAMAÑO NO IMPORTA

El itinerario que acabo de describir refleja mi experiencia personal, que, como mencioné al principio de esta publicación, se completó en dos días. El pequeño tamaño y la población de Castelo Branco, en comparación con la ciudad de Angra dos Reis, donde vivo (una ciudad mediana para los estándares brasileños), no reflejan la variedad de opciones de ocio y cultura disponibles para los visitantes. Por no hablar de las atracciones de los alrededores y de las ciudades vecinas, a las que se puede llegar en menos de dos horas en coche, autobús o tren. Localiza Castelo Branco en el mapa regional y en el mapa de Portugal. Tanto si te interesa el turismo de ocio, el ecoturismo, el turismo cultural, religioso o histórico, Castelo Branco es una excelente opción.

Como ya dije, fui a Castelo Branco sin muchas expectativas, atraído casi exclusivamente por el hermoso Jardín del Palacio Episcopal. Pero encontré mucho más. Y aún me debía mucho. Sin duda volvería (¿lo haré?). ¿Y tú, que has leído pacientemente esta historia mía?

PD: Puede que lo hayas adivinado, pero vale la pena aclararlo: el gentilicio de los nacidos en Castelo Branco es albicastrense.